Las mujeres y, más concretamente, las madres tenemos una responsabilidad muy importante, que muchas veces no nos paramos a analizar.
Se trata de ser referentes para las niñas, adolescentes y jóvenes que nos rodean. Ellas deben tener en su vida modelos a seguir, ejemplos que imitar y que le sirvan de cara al futuro.
Tienen que vernos fuertes, empoderadas, dueñas de nuestro destino, independientes, trabajadoras, iguales y activas.
Piénsalo bien: ellas van a repetir en sus vidas los roles que desempeñan las personas a las que quieren y admiran. Y una madre tiene la obligación de darles eso que tanto necesitan.
Ser un referente de la mujer empoderada que todas luchamos por ser es un deber para todas nosotras. No podemos tener un discurso a favor de nuestra libertad, de nuestra igualdad, de nuestra responsabilidad con la sociedad pero practicar otra forma de entender la vida. Es lo que llamamos coherencia.
Así que hoy, en el Día de la Mujer, nuestros ojos se vuelven hacia ellas, las niñas, las adolescentes, las jóvenes…, en definitiva, hacia el futuro.
Enseñémosles los valores que defendemos como partes activas de la sociedad, como personas que quieren contar en las decisiones, en las responsabilidades y en el mundo que nos rodea.
Seamos referentes y reguemos a nuestro alrededor todo el potencial que tenemos (y que es mucho) siendo el faro que ilumine el camino de las que mañana vendrán inexorablemente a sustituirnos.
Marypepas.